viernes, 18 de julio de 2008

Verano, ese horror hecho estación

¿Qué por qué odio el verano? Muy fácil.
No puedes mantener una conversación sin que salga a relucir la frase "qué calooooooor!!!".
No ponen nada bueno en el cine. Los amigos se van de vacaciones y te quedas en casa pensando "bueno, ¿me veo la trilogía de star wars por 98340589 vez o simplemente me tiro en el sofá a no hacer nada?". Las tiendas cambian sus horarios sin previo aviso.
No puedes salir a la calle hasta que anochece si no quieres que el tono blanco nuclear de tu piel pase desapercibido (bueno, eso para los que sufrimos de "piel de escandinavo") y tampoco si no quieres sudar e ir por ahí con todo el rodalazo en la ropa.
Las calles se llenan de terrazas y de... esa gente que disfruta del verano (agh, sí, hay gente a la que le gusta el verano, suelen ser personas de moreno permanente que fueron populares en el instituto).
Tienes que ponerte sandalias y sufrir de rozaduras y ampollas. Y si tienes aire acondicionado te expones a pillar un catarro por los contrastes de temperatura.

toma, caloraco

Ah, casi se me olvida, otra de las razones por las que odio el verano es el FIB. Este año tampoco voy, pero bueno, a pesar de los babyshambles, en esta ocasión la frase "es que el cartel era una mierda" será más creíble.
Lo único bueno del verano es que después viene septiembre, un mes que mola a pesar de los exámenes.

Desde Phlasta Producciones os deseamos un verano lo menos odioso posible. Hyvästi!!